The Pretty Things, historia viva del rock and roll.

En cierto modo, los Pretties brotaron de las semillas de los Rolling Stones. Como muchos otros grupos británicos de los años 60,  su germen se produjo en una escuela de arte durante el florecimiento de la “British Blues Explosión”. La banda precursora se fundó en el Sidcup Art College de Londres y estuvo compuesta por el guitarrista Dick Taylor, Keith Richards y un tal Mick Jagger. Con la incorporación de Brian Jones a la guitarra, Taylor se ve transportado hacia el bajo y la banda adopta el nuevo nombre de The Rollin’ Stones.
 
Taylor sale por patas de los Stones, y conoce al aspirante a vocalista Phil May en el propio Sidcup, solidificándose la nueva banda con la incorporación a la guitarra rítmica de Brian Pendleton, de John Stax al bajo y de un demente batería llamado Vivian Prince, de cuya alocada manera de tocar tomó buena nota un joven Keith Moon. Así nacerían The Pretty Things, tomando el nombre en honor a la canción escrita por Willie Dixon en 1955 e interpretada y grabada por Bo Diddley, principal inspiración de su sonido originario garage-blues.

Trajeron a su paleta interpretativa un sonido áspero que les empieza a caracterizar a través de sus primeros singles “Rosalyn” y “Don’t Bring Me Down” de 1964 y del álbum debut homónimo publicado por England’s Fontana Records en 1965. Un material sucio que les pudo haber hecho ganar adeptos por todo el mundo, pero la edición doméstica junto a una muy pobre promoción, y la tendencia autodestructiva de la banda proclive a la inmolación, les relegó a un segundo plano. Sin ir más lejos, en 1965 durante su gira de presentación de “The Pretty Things” por Nueva Zelanda, su mal comportamiento épico dirigido por un príncipe fuera de control (Phil May), les llevo a ser expulsados formalmente del país de las antípodas. ¡Con ellos nacía la leyenda del Garage Punk 60’s!
 
A finales de 1965 se publica su segundo álbum “Get The Picture”, donde se reemplaza al batería por un adolescente Skip Alan, lo que permitiría anclar la banda de manera intermitente durante las próximas décadas. En este nuevo trabajo se alejan de las versiones que predominaban en el debut y singles como “Midnight To Six Man” muestran que tienen músculo para competir con los grandes. Pero, como lo suyo era dinamitarse, en un acto de alegre auto-sabotaje, atraen las iras de las fuerzas de la rectitud con la edición del tema  L.S.D.”, propiciando la prohibición de su emisión en la BBC y en distintos programas de radio. Y para colmo, responden a la controversia argumentando que se trataba de una abreviatura de la moneda del Reino Unido… Claro!!
Siguen adelante, y en 1967 ve la luz su tercer Lp “Emotions”, un bodrio provocado básicamente por un error de cálculo de los ejecutivos de Fontana, que pensaron sería buena idea realizar arreglos en los temas con orquestaciones comerciales. El resultado fue un pegote que eliminaba por completo el auténtico y duro sonido que les caracterizaba. Aunque esta colección de temas por contrato sigue suponiendo una gran mancha en la discografía del grupo, se puede decir que fueron alineados para la formación clásica dos de sus miembros más emblemáticos: el bajita Wally Waller y el teclista John Povey.
A finales de ese año, firman con EMI, hogar de los Beatles, y comienzan a trabajar con Norman Smith.  Después de grabar el single “Defecting Grey”, llegaría en 1968 el álbum reconocido como la primera ópera rock en la historia de la música “S.F. Sorrow”. Un Lp monumental en el que se narra el viaje psicodélico de su héroe titular (Sebastian F. Sorrow), de la niñez a la madurez a través del amor, la guerra, catástrofes románticas y el viaje interior a través de la conciencia y sus reflexiones. Un despliegue brutal de trucos sónicos creados en las probetas de Abbey Road, algo totalmente diferente a lo que nadie había oído antes, y un fracaso de proporciones catastróficas. Carecía de un solo single que se pudiera extraer de la narrativa, lo que lo hizo invisible a los ojos del público a la hora de comprarlo. Y muchos de los que lo escucharon, o no lo entendían o no sabían cómo profundizar lo suficiente. Además, el disco cuenta una historia oscura y deprimente, qué coincidiendo con la edición del álbum blanco de los Beatles, lo hace totalmente prescindible para el comprador británico de la época. Parece que los únicos que tomaron buena nota del trabajo de los Pretties fueron Pete Townshend y compañía.
Dick Taylor abandona la banda y es reemplazado por Vic Unitt de Edgar Broughton Band. El siguiente disco oficial del grupo sería “Parachute”, editado a principios de 1970,  formado por canciones de temáticas entrelazadas, que contraponen la vida en la ciudad con la entonces incipiente sensibilidad de vuelta a la campiña. Obra psicodélica, marcadamente oscura, con temas contundentes como “Cries From The Midnight Circus” o “Sickle Clowns”, culminada al alza con el tema que da título al álbum, densamente armonizado. Pero, de nuevo, y a pesar de que hoy en día se considera una obra maestra, este trabajo pulido y potente no encontró ningún favor en los rotativos musicales.
Los problemas financieros comienzan a ahogarles, Unitt es sustituido por el poderoso guitarrista Pete Tolson, y se lanzan de forma anónima a la grabación de temas para la productora musical para el celuloide DeWolfe, que serían empleados en películas de terror de serie B y en algún film de temática picante. Tras una breve disolución, se dejan seducir de nuevo por un contrato para un disco con Warner Bros. Producido por Wally Waller, “Freeway Madness” ve la luz en 1972, con la nueva incorporación de Stuart Brooks al bajo y  consiguen, aunque de forma un tanto tardía, los primeros elogios de medios como la revista Rolling Stone. Se acercan al hard rock contemporáneo, confirmándose en este estilo con su nuevo trabajo de 1974 “Silk Torpedo”. En este momento, el grupo firma con el manager Peter Grant, que por aquel entonces también llevaba a una pequeña banda llamada Led Zeppelin. Vuelven a la producción con Smith y la formación estaba compuesta por May, Tolson, Povey, Alan y Gordon Edwards. Consiguen entrar en las listas de EE.UU. y parece que las cosas mejoran, disponiendo del apoyo que toda banda grande de rock puede necesitar.
Pero la tendencia a la autodestrucción y a pegarse un tiro en el pie, les conduce de nuevo al disparadero. Preparando el que sería su segundo trabajo para la disquera Swan Song a las órdenes de nuevo de Smith, la grabación les lleva al estudio que tiene la compañía en Headley Grange, la casa en Hampshire que previamente habían utilizado Led Zeppelin para la grabación de cuatro discos anteriormente. Son acusados de hurto de objetos de gran valor de aquel sitio, acompañados por los excesos provocados por trabajar para una compañía de lujo, llevados al límite. “Savage Eye” (1976) es el trabajo resultante de su paso por Headley Grange, con temas importantes como “Under The Volcano”, “Remember That Boy” o “I’m Keepin’ (Bad Company)”. Quizá el momento del lanzamiento, suponga las hora más baja en cuanto a actitud por parte de los miembros de la banda, llegando a desaparecer el propio Phil May un fin de semana en la víspera de una gran gira europea.
Cuatro años pasarían antes de que los Pretty Things se reagrupasen de nuevo, después de otro contrato para un álbum con Warner Bros. El regreso de Dick Taylor, junto a una formación de clásica con May, Tolson, Povey, Waller, y Alan debería haber sido un motivo de celebración, pero de “Cross Talk” (1980), no sugirió ninguna impresión ni comercial ni crítica. Durante los años 80 y 90, Taylor y May permanecerían unidos realizando escarceos bluseros como el álbum de 1987 “Out Of The Island” y un par de discos junto al batería de los Yardbirds Jim McCarty para el productor de Chicago George Paulus, todo ello en clave de blues. También durante esta época consiguen ganar la batalla legal por los derechos de sus canciones a EMI.
Ya en 1999 vuelven a la carga con “…Rage Before Beauty”, junto a una reedición de su catálogo. En este trabajo tienen invitados de lujo como David Gilmour (Pink Floyd) a la guitarra o Ronnie Spector (The Ronettes) a la voz, consiguiendo la atención tanto de crítica y medios como del público en general, qué les llevaría a girar por los EE.UU. La siguiente publicación vendría en 2007 con “Balboa Island” una colección de canciones en la que destacan temas propios como “The Beat Goes On” y “All Light Up” junto a las dos versiones que realizan de los temas “The Ballad Of Hollis Brown” de Bob Dylan y el “Feel Like Goin’ Home” de Muddy Waters. Energías renovadas con las que se vislumbra cierto renacer.
Llegamos a 2015 y el dueto Taylor-May se marca una verdadera delicatesen: “The Sweet Pretty Things (Are In Bed Now Of Course)” título tomado de las estrofas iniciales del tema “Tombstone Blues” de Dylan. Producido por Mark St. John para Repertoire, el line-up lo completan: Frank Holland a la guitarra y los jovencísimos George Woosey al bajo y Jack Greenwood a la batería. Consiguen gran aceptación, metiéndose entre los discos del año de numerosas editoriales musicales, llevándoles de gira a lo largo y ancho del continente europeo.
Los que han podido disfrutar de sus últimas actuaciones en nuestro país saben que siguen en esto porque lo llevan en las venas. Están más en forma que nunca, y en su directo se vuelve a respirar el olor salvaje y descarado del mejor garage punk facturado en los sesenta. Señor@s... Yo  que ustedes no me los perdía!!
Estarán de gira por la península en Noviembre en las siguientes fechas:
Jueves 3 – Burgos – Estudio 27
Viernes 4 – Donostia – Le Bukowski
Sábado 5 – Bilbao – Satélite T
Lunes 7 – Barcelona – Marula Café
Martes 8 – Madrid – El Sol
Jueves 10 – Santander – Escenario Santander
Viernes 11 – León – Universidad
Sábado 12 – Santiago DC  - Outono Codax
Lunes 14 – A Coruña – Mardi Gras
Martes 15 – Oporto – Cave 45
Jueves 17 – Orihuela – La Gramola
Viernes 18 – Tarragona – Zero

 
 

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